Cualquiera que haya viajado un poco sabe que en cualquier país al que elijamos ir vamos a encontrar similitudes, cosas que son iguales literalmente acá y en la China, y diferencias, modos de ser o de convivir que no son a los que estamos acostumbrados en casa. Esto sin duda es una de las causas por las que viajar es una experiencia tan grata: nos permite cuestionarnos las costumbres propias y ajenas, ver que realmente hay más de una forma de entender casi todo y, en el mejor de los casos, dejar de pensar en términos de “mejor o peor”, para simplemente enriquecernos con la variedad.