El paraíso tiene aeropuerto propio: pros y contras

Actualizado el Jueves 13, Julio 2017 Publicado el Jueves 13, Julio 2017 en Recomendaciones de viajes

El tendido eléctrico llegó a Jericoacoara hace unos quince años. Eso ya dice bastante sobre el nivel de conservación de este poblado de pescadores del noreste brasilero, meca del kitesurfing, declarado área protegida en 1984 y convertido en parque nacional en el 2002. Hasta entonces, la electricidad provenía mayormente de pequeños generadores que funcionan a diesel, algunos paneles solares y bueno, la luna. Es, incluso ahora, el tipo de playa paradisíaca que hace que la gente abandone su profesión en la gran ciudad para intentar adaptarse a una vida regida por las mareas, el viento y el sol.

 

Sin dudas, el hecho de que hasta ahora no existiesen vías directas para llegar contribuyó a mantener el estado en el que se encuentra. Los que mejor conocen la historia de este páramo dicen que todo empezó a cambiar en 1984 cuando, a la vez que era declarado área protegida, apareció nombrado en un artículo del Washington Post sobre las 10 playas más hermosas del mundo. Desde entonces, cada vez más turistas intentan encontrar la calma absoluta en sus médanos pero una buena porción pierde el entusiasmo al enterarse de que el trayecto incluye cuatro horas de jeep a través de las enormes dunas que lo resguardan.

Desde hace dos semanas, con la inauguración de su propio aeropuerto y el aterrizaje del primer avión de Gol, las chances de que Jericoacoara comience a sufrir alguno de los síntomas del “progreso” aumentaron considerablemente. La terminal está equipada para recibir hasta 800 pasajeros, con pistas capaces de alojar tres aeronaves de gran porte, dos de tamaño mediano y hasta cuatro de los denominados “vuelos ejecutivos”, según informa el Coronel Paulo Edson Ferreira, consultor del Departamento Estatal de Carreteras.

Esto la pone en condiciones de recibir unos mil doscientos vuelos por año. Por ahora la ruta de Cangonha a Jericoacoara es suplementaria, ya que no ha recibido todavía la certificación de ruta regular, lo cual limita la cantidad de aeronaves que pueden aterrizar en sus pistas. Azul, una de las aerolíneas competidoras de Gol, tendrá un vuelo semanal los sábados saliendo de Campinas (Sao Paulo), a partir del próximo 12 de Agosto.

Ya sea que elijas llegar por aire, tierra ó mar, queremos recomendarte algunos puntos clave de esta embajada del paraíso:

Duna do Pôr do Sol: uno de los médanos más grandes de la zona tiene una cara que apunta hacia el oeste, lo cual la transformó en una cita obligada para los turistas a la hora del atardecer. Llevate el ukelele y mirá como el sol se echa un clavado majestuoso en el Océano Atlántico.

 

El cielo noctuno: pegadito al show despedida del sol en las dunas, el cielo empieza a tomar lista y las estrellas hacen gala de un presentismo perfecto. Gracias al bajísimo nivel de contaminación lumínica podés observar una cantidad enorme de constelaciones, satélites y estrellas fugaces.

Pedra Furada: hacia el este del pueblo, sobre la playa, hay un gran arco de piedra natural, generado por la erosión del océano. Esta formación es el símbolo de Jericoacoara y para llegar tenés que pasar Praia Malhada. Son más o menos dos horas de caminata, una de ida y otra de vuelta. ¿Un dato más? Si vas entre el 15 y el 30 de Julio tenés muchas chances de ver como el sol cae sobre el mar exactamente en el medio del arco. Beleza.

Guriu:  yendo hacia el oeste podés encontrar este rustiquísimo pueblo de pescadores, al lado de la desembocadura de un río de agua dulce. Este río marca la frontera del parque nacional y podés cruzarlo en bote dejándole algunos reales a los lugareños. Si estás ahí, pediles que te lleven a ver a los caballitos de mar que viven entre los manglares, pero mucho cuidado con tocarlos ya que son sensibles y pueden morir apenas los sacás del agua.

Tatajuba: 25 kilómetros hacia el oeste está Tatajuba, un pueblito que se extiende a la vera de un río de agua dulce. Pescado fresco, cerveza fría y la oportunidad de ver el atardecer tirado en una hamaca paraguaya que apenas toca el agua.

Nuestra recomendación es que no te prives de conocer este paraíso lo antes posible, realmente hay pocos lugares en los que la relación humanos-naturaleza haya resultado tan parejamente beneficiosa. Como muchos, tenemos la esperanza de que las cosas se mantengan así y que el hecho de que llegue más turismo no afecte lo que hace que este lugar sea único. Para empezar a soñar, ingresá en nuestra web y encontrá vuelos a Recife por menos de 7.000!

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