Viajar a Brasil siempre es una buena idea, pero cuando se trata de combinar mar turquesa, naturaleza y una ciudad encantadora, Florianópolis aparece en los primeros puestos de la lista. Pero no todos saben que la isla ofrece mucho más allá de enero y febrero, y por eso es clave saber cuál es la mejor época para viajar a Florianópolis según lo que se busca vivir.
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Entre diciembre y marzo, Florianópolis se convierte en el epicentro del turismo regional. Las temperaturas rondan los 30°C, el sol brilla casi todos los días y el ambiente festivo se respira en cada playa.
Si bien es la época más concurrida, también es la más vibrante. Las playas como Joaquina, Campeche y Canasvieiras se llenan de turistas, y la ciudad ofrece una intensa agenda de actividades al aire libre, música en vivo y ferias gastronómicas.
Para muchos, esta es la mejor época para ir a Florianópolis si se busca playa a pleno, vida nocturna y la posibilidad de cruzarse con otros argentinos. Sin embargo, al ser temporada alta, los precios pueden aumentar.
Tanto la primavera (de septiembre a noviembre) como el otoño (de marzo a mayo) ofrecen condiciones ideales para quienes buscan un viaje más relajado, con temperaturas agradables y menos turistas. Las máximas suelen ubicarse entre los 22°C y 27°C, lo cual permite disfrutar de la playa sin el agobio del calor ni las multitudes del verano.
Estas estaciones son especialmente recomendadas para parejas o viajeros que desean combinar naturaleza, playa y recorridos culturales. La ciudad de Florianópolis, con su arquitectura colonial en el centro histórico, el Mercado Público y los fuertes portugueses, cobra protagonismo cuando el ritmo de la temporada baja permite disfrutarla con más calma.
También es un buen momento para ahorrar. Hay más disponibilidad en alojamientos y vuelos, lo que permite acceder a tarifas más económicas. Además, se pueden recorrer senderos como el de la Costa da Lagoa o el Morro das Aranhas, ideales para los amantes del trekking y la fotografía.
Aunque no es la época más popular, viajar a Florianópolis en invierno tiene su encanto. Entre junio y agosto, las temperaturas bajan (promedios de 15°C a 20°C), pero los días suelen ser soleados. Es una temporada ideal para quienes buscan descansar, conocer la cultura local o hacer una escapada sin gastar de más.
Durante estos meses, los precios bajan considerablemente y los restaurantes suelen tener menús más económicos.
Si bien el agua del mar puede estar más fría, hay otras actividades para disfrutar: paseos en bote por la Lagoa da Conceição, caminatas por la Praia do Matadeiro o visitas a pueblos de pescadores como Ribeirão da Ilha, donde se puede probar ostras frescas directamente del mar.
En este contexto, quienes prefieren evitar aglomeraciones y buscan una experiencia más tranquila y cultural pueden considerar al invierno como la mejor época para viajar a Florianópolis.
Todo depende del tipo de viaje que se quiera hacer. Si la prioridad es el calor, la playa y la diversión, el verano es el momento ideal. Para quienes prefieren menos gente y mejores precios, la primavera y el otoño son opciones perfectas. Y si se busca tranquilidad total y conocer la isla desde otro ángulo, el invierno sorprende por su belleza y su paz.
En cualquier caso, lo más importante es planificar con tiempo, comparar precios y elegir el tipo de viaje que se adapta al estilo de cada persona o familia.
Si querés hacer un viaje completo, reservá tus actividades en Florianópolis. Si querés moverte cómodo podés alquilar un auto o ver opciones de micro, tren o ferry.
Este destino siempre tiene algo para ofrecer. Solo es cuestión de elegir la mejor época para ir a Florianópolis y disfrutar de un viaje único.