Misiones es una de esas provincias del norte argentino que sorprende con su mezcla de naturaleza salvaje, historia profunda y cultura viva. Desde las imponentes Cataratas del Iguazú hasta las ruinas jesuíticas escondidas entre la selva, hay muchísimo que descubrir. Para quienes se preguntan qué hacer en Misiones, esta guía reúne las experiencias más recomendadas, ¡seguí leyendo!
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Visitar las Cataratas del Iguazú es, sin dudas, una de las mejores cosas que hacer en Misiones. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo, este conjunto de más de 270 saltos ofrece una experiencia que supera toda expectativa.
Dentro del Parque Nacional Iguazú se pueden recorrer diferentes circuitos: el superior, el inferior y la famosa pasarela hacia la Garganta del Diablo, el salto más impactante. La mejor época para visitarlas es entre abril y junio, cuando el clima es más templado y hay menos afluencia de turistas.
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Las reducciones jesuíticas son una parada fundamental para entender parte de la historia del noreste argentino. Entre las más conocidas están las de San Ignacio Miní, Santa Ana y Loreto, declaradas también Patrimonio de la Humanidad.
San Ignacio Miní, la mejor conservada, permite recorrer los restos de una antigua misión fundada en el siglo XVII. Las ruinas se pueden visitar de día o por la noche, cuando se realiza un espectáculo de luces y sonido que recrea la vida en la reducción. Esta experiencia combina cultura, naturaleza e historia en un solo lugar.
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Muchos viajeros aún no conocen los Saltos del Moconá, uno de los secretos mejor guardados de la provincia. A diferencia de la mayoría de las cascadas, estos saltos son longitudinales, lo que significa que el agua cae de manera paralela al cauce del río Uruguay.
Ubicados en el Parque Provincial Moconá, en el este de Misiones, se accede a través de rutas que atraviesan la selva misionera. El parque ofrece senderos, miradores y paseos en lancha que se acercan a los saltos cuando el nivel del río lo permite. Es un plan perfecto para quienes buscan naturaleza virgen y aventuras lejos de las multitudes.
Posadas, la capital de Misiones, suele ser el punto de llegada para muchos viajeros y, aunque a veces es subestimada, tiene un ritmo tranquilo y agradable. Su costanera a orillas del río Paraná es ideal para caminar, andar en bici o simplemente sentarse a disfrutar del atardecer con un mate.
La ciudad también ofrece museos, bares con música en vivo, ferias de artesanías y una gastronomía que mezcla lo guaraní con lo criollo. Además, desde Posadas se pueden organizar escapadas a pueblos cercanos como Santa Ana, Candelaria o San Ignacio.
Otra experiencia que vale la pena en un viaje a Misiones es subir al Parque Temático La Cruz, ubicado en Santa Ana. En lo alto del cerro, se encuentra una cruz de 52 metros que ofrece vistas panorámicas espectaculares de la selva. El parque cuenta también con senderos, un mariposario y espacios de interpretación ambiental.
Por otro lado, quienes viajen en primavera no deberían perderse el Festival Nacional de la Orquídea, en Montecarlo. Este evento reúne a productores y amantes de estas flores tan particulares en una celebración que también incluye espectáculos, comidas típicas y ferias.
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Con sus paisajes selváticos, su riqueza histórica y su calidez humana, Misiones ofrece una variedad de experiencias difíciles de encontrar en otro lugar. Ya sea que se busque una escapada corta o un viaje más largo, hay mucho que hacer en Misiones más allá de lo tradicional.