El viaje perfecto no existe, y eso está bien. Como dice Sun-Tzu en “El Arte de la Guerra”, ningún plan resiste el contacto con el enemigo, justamente la gracia de viajar es lanzarse a lo inesperado, dejarnos sorprender y encontrarle la gracia a resolver situaciones poco cotidianas. Sin embargo hay errores de los cuales es mejor aprender por la experiencia ajena, pasos en falso que nos dejan poca enseñanza comparados con el dolor de cabeza que causan.